El deshielo en el Monte Everest revela cientos de cadáveres de montañistas.
Los cadáveres en el Everest incluso se utilizan como puntos de referencia. “La zona de la muerte” es tan extrema que si un escalador sufriera algún “mal de altura”, rotura, congelación o cualquier accidente que no le permitiera moverse por sí solo, su rescate sería prácticamente imposible. Las bajísimas temperaturas y la dificultad del terreno en esta gran altitud hacen que cada paso requiera casi tres respiraciones para un montañista experimentado.
El corazón late rápidamente a esta altura para suministrar oxígeno con mayor frecuencia. Ni siquiera un helicóptero puede rescatar a alguien a esa altitud.
Hay más de 200 cadáveres en el Everest, de los cuales 150 nunca se han encontrado. Además, las rutas de acceso a la cima más transitadas están plagadas de cuerpos (más de 40) que han quedado en el punto exacto donde murieron. Muchos de ellos no han podido ser reconocidos y han sido bautizados con nombres y son utilizados como puntos de referencia.
El deshielo también evidencia las cientos de toneladas de basura que dejan los alpinistas.
